La palabra "crisis" es una de las más repetidas en los últimos meses. Está en boca de todos y, si bien es verdad, muchas veces se utiliza como excusa para dejar de iniciar cualquier actividad, la realidad es bastante dura y son muchas las personas afectadas de forma directa.
En mi caso, la crisis me ha servido para agudizar el ingenio y encontrar otras oportunidades lejos de España. Por suerte, las he podido llevar a cabo desde casa y gracias a las ventajas que nos ofrece Internet. Sin embargo, muchas otras personas han terminado sin empleo y sin apenas recursos económicos. Y lo que es peor, algunos de ellos, con una mano delante y una mano detrás. En la calle. En la puta calle.
Esta semana y con la única compañía de una cámara de fotos, una libreta y un bolígrafo bic, me iré a la calle para vivir la crisis en su máxima potencia. Y de esta manera, conocer de primera mano las sensaciones que uno tiene al no tener nada.
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