Desde hoy me declaro ex-adicto a un deporte que cierto día amé y que es coloquialmente conocido como fútbol. Aún recuerdo como fueron mis inicios con este deporte, en los años 80' y de la mano de mi padre, donde quincenalmente acudía al estadio del equipo de mi ciudad. Por aquel entonces el fútbol era muy diferente: Gradas sin asientos y donde muchas veces tocaba ver el partido de pie y oliendo el sobaco de los "vecinos" de grada, baños lamentables con un hedor insoportable o largas colas debido a la pobre infraestructura de los estadios de antaño. Si querías enterarte de lo que sucedía en el resto de partidos tenías que estar pendiente de aquellos espectadores que llevaran transistor, que mediante el Carrusel Deportivo que presentaba un mítico como Jose María García podías saber a tiempo real los goles en el resto de campos de Primera y Segunda División, con la coletilla... "Cuando hay gol en.... (nombre del estadio) y una ráfaga que enganchaba a cualquiera.
Aparecen las televisiones e Internet y, oficialmente, el concepto de fútbol muere. Ello unido a la prensa deportiva hacen una mezcla que huele a negocio, y del malo además. El fútbol es, desde hace años, una mafia capitaneada por unos pocos que manejan a su antojo las ilusiones de miles de espectadores que llenan los estadios de los equipos de su corazón. Una máquina de hacer dinero donde empresarios y futbolistas, la gran mayoría de ellos mercenarios, se lucran a expuertas a costa del aficionado de pie. El que hace un esfuerzo extra para poder pagar un abono. Es momento de quitarse la careta. Y hablar claro. Esta escoria encabezada por Roures está haciendo una de las mayores atrocidades en España.
El año pasado dí la última oportunidad a este deporte contratando Canal+, con un contrato de permanencia de 18 meses, prometiendo que ofrecerían todos los partidos de la Liga Española. Esta semana empieza la liga y únicamente están disponibles 3 de los 10 encuentros en cartelera, y para más inri, el partido de mi equipo empieza a las 11 de la noche. Ni por televisión ni en el campo. La mafia está acabando con las ilusiones de los espectadores y que, tal y como hecho yo hoy, algún día cercano darán la espalda a este deporte, que de deporte tiene cada vez menos.
Si en tiempos de austeridad económica nos quitan una de las válvulas de escape por excelencia.... ¿que nos queda?. Y lo de hoy, no es fútbol moderno, es mafia. Pura y dura.
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